sábado, 16 de mayo de 2015

Cambio de armarios

Ya ha llegado el calor, y ni siquiera ha avisado. Ha sido así, de golpe, sin dar indicativos de su llegada. Nadie diría que hace bien poco estaba nevando (donde yo vivo, interior de Granada, el 25 de marzo cayó una nevada del copón). Sin transición, hemos pasado del gélido invierno a un caluroso verano... y yo me pregunto ¿es que este año no ha querido aparecer la primavera?. Pues se ve que no, que pasaba de participar.

Y como cada vez que se cambia el tiempo, llega el temido cambio de armarios. No hay cosa que yo más odie, de verdad. Recuerdo que hace años hasta me hacía ilusión ver la ropa que no me había puesto durante unos meses. Pero este último me ha dejado exhausta, cansada y deseando que el verano aguante hasta noviembre (y eso que soy mucho más de frío).

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El caso es que lavar y planchar toda la ropa de una temporada entera es una de las peores torturas que existen. Y si le sumamos el tamaño de la ropa de la Canijilla, ya le ponemos la guinda al pastel. 

Pero no sólo es lavar y planchar, luego queda guardar y ordenar. Si tienes mucho espacio la tarea es más fácil. Si por el contrario, en el mismo armario tienes que ordenar la ropa vuestra y la de la niña, la cosa cambia. Ahora me sirven las tardes enteras jugando al Tetris, porque si no aprovechas bien el espacio, simplemente no cabe. 

La tarea se complica, cuando te das cuenta que la ropa de invierno, aunque recogida debidamente, ocupa el triple que la que acabas de colocar. Entonces te ves llenado hasta bolsas de viaje, porque no hay manera posible de guardarlo todo. Suerte que este año tenemos alquilado un trastero. Aun así, siempre recurro a las bolsas a las que se les quita el aire con la aspiradora. Yo no se como lo hago, pero al segundo uso ya me las he cargado. 

Y aún no hemos terminado, que faltan los zapatos. Menos mal que el cambio a verano es más fácil en lo que a calzado se refiere. Todas mis sandalias ocupan lo mismo que unas botas de mi marido, sin exagerar, cuando llegue el momento de sacar de nuevo las botas, me acordaré de estas palabras.

En conclusión, es tormentoso hacer el cambio de ropa de los armarios. Es como el cambio de horario, te deja una semana totalmente descolocada. 

¿Os pasa a vosotros? ¿Os gusta o lo odiáis?. Ya me vais contando.

Best wishes!!

Alejandra


4 comentarios:

  1. Madre mía, sólo de leerte me da agobio. ¡Menos mal que yo esos quebraderos de cabeza no los tengo todavía! Jajajajaja

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  2. Eso puede ser por dos cosas...
    O vives en algún inhóspito lugar de la faz de la tierra que no hay mucha variación de clima entre el verano y el invierno... O es que tienes un mega vestidor gigante que te cabe toda la ropa tanto la de verano como la de invierno junta... Jajajajaja

    BESAZOS BICHEJOS ENORMES
    Verónica

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  3. A mi me pasa pero yo lo que hago es cambiarla poco a poco, un día unas prendas y otro día otras, y así no me agobio tanto. Lo que sí me da mucha pereza es tener que coser bajos de pantalones, botones, agujeritos de las camisetas,estrechar faldas... En fin, todo eso que vamos dejando en un lado y después te encuentras una montaña de ropa para arreglar y pasas una eternidad cosiendo. Un saludo.

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    Respuestas
    1. Yo con la costura no tengo problemas. Y no puedo hacer el cambio poco a poco porque pasamos del frío de invierno al calor del verano. Habrá que buscar algunos tips para que sea menos doloroso.
      Un besote
      Alejandra

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